Un destello verde se cruza en la orilla del río. Luego un salto veloz rompe el silencio, y por un breve instante, ocurre algo difícil de creer: un lagarto corre sobre el agua erguido en sus patas traseras, como una maravilla diminuta. Parece magia, pero no es. Es una de las proezas más fascinantes del bosque lluvioso de Chachagua.
En el Hotel Chachagua Rainforest, el basilisco común (Basiliscus basiliscus) es toda una leyenda local. Los senderos, arroyos y riberas que cruzan la reserva ofrecen el escenario perfecto para encontrarse con esta fascinante especie, que no deja de asombrar a quienes tienen la suerte de verla de cerca.
La palabra “basilisco” deriva del griego basilískos, que significa “pequeño rey”, diminutivo de basileús, o “rey”. Este nombre, que comparten una criatura de la mitología y el basilisco real (Basiliscus), alude a su aura majestuosa tanto en la naturaleza como en la tradición legendaria. Reconocido por su extraordinaria capacidad de desplazarse sobre la superficie del agua, el basilisco ha inspirado relatos populares y representaciones en la cultura contemporánea, como en la serie de Harry Potter, donde se le presenta como un ser mucho más aterrador que los discretos y veloces reptiles que habitan en parajes como el bosque lluvioso de Chachagua.
Llamado cariñosamente “lagarto Jesucristo”, ¿por qué?
El nombre no solo es llamativo; hace referencia directa a la asombrosa capacidad del basilisco para correr sobre el agua. Cuando se siente amenazado, este reptil se impulsa con gran velocidad sobre sus patas traseras, golpeando la superficie con unos dedos magistralmente adaptados que generan el impulso necesario para mantenerlo erguido. La carrera dura apenas unos segundos, pero en ese breve lapso puede recorrer hasta 20 metros antes de desaparecer bajo el agua.
Esta peculiaridad evolutiva es una brillante estrategia de supervivencia que le permite al lagarto escapar de sus depredadores con estilo. Y aunque los adultos ejecutan esta hazaña con notable destreza, son las crías quienes realmente se roban el espectáculo: más ligeras, veloces y ágiles, parecieran desafiar por completo las leyes de la física.
¿Dónde encontrarlos en Chachagua?
Podrás encontrarlos cerca de las fuentes de agua, disfrutando del sol matutino sobre las rocas del río o moviéndose ágilmente entre raíces y helechos en los límites del bosque. Los alrededores de Rancho Don Lalo (la finca orgánica del Hotel Chachagua Rainforest), los senderos junto al arroyo y el entorno de las aguas termales, son escenarios ideales para verlos en acción.
Aunque hacen entradas dignas de una escena teatral, los basiliscos son reservados por instinto y prefieren pasar desapercibidos entre la maleza. Sin embargo, quien observa con paciencia y camina con sigilo, suele obtener su recompensa.
El hábitat natural de este lagarto son los bosques lluviosos húmedos de tierras bajas con fácil acceso al agua, justo lo que encuentran en el bosque lluvioso de Chachagua. Su estilo de vida combina la agilidad de un acróbata arbóreo con la velocidad de un corredor terrestre. Gracias a sus extremidades largas, cola fuerte y garras curvadas, se desplaza con fluidez entre los árboles, el suelo y los cuerpos de agua.
Una mirada más cercana al basilisco
El basilisco común se distingue fácilmente por su figura esbelta y su cola alargada. En el caso de los machos, una impresionante cresta que recorre desde la cabeza hasta la cola añade un toque distintivo. Su color, que varía entre verdes y marrones con líneas claras o amarillas a lo largo del cuerpo, les permite desaparecer entre el follaje cuando permanecen inmóviles.
Estos lagartos no son exigentes a la hora de comer: insectos, pequeños vertebrados, frutas, flores y hojas forman parte de su dieta. Su excelente visión y rapidez de reacción los convierten en cazadores ágiles, capaces de atrapar a sus presas justo en el instante en que intentan escapar.
Y por si su habilidad para correr sobre el agua no fuera ya asombrosa, los basiliscos también pueden permanecer sumergidos en ella por períodos de hasta 30 minutos para escapar de las amenazas. Con semejante capacidad de adaptación, no sorprende que lleven milenios reinando en estos bosques lluviosos.
Entre el mito y la maravilla

A menudo, los huéspedes se quedan atónitos la primera vez que lo ven. “¿De verdad ese lagarto caminó sobre el agua?”, es una pregunta que se escucha con frecuencia. Hay algo casi mítico en ese instante, una sorpresa que parece sacada de un cuento. Aunque su nombre proviene de una criatura legendaria y completamente fantástica, aquí, en Costa Rica, el basilisco es tan real como fascinante…, ¡y mucho más simpático!
Con una longitud que puede llegar a los 75 centímetros con todo y cola, el basilisco común no pasa desapercibido, ni siquiera en un paraíso natural tan rico en vida como Chachagua. Su aspecto puede recordar a diminutos dinosaurios, pero son inofensivos por completo y mucho más propensos a huir que a acercarse.
Protegiendo su hábitat
El basilisco común no figura hoy en la lista de especies en peligro, pero su supervivencia está profundamente ligada a la salud de su ecosistema. La deforestación, la contaminación hídrica y la destrucción de su hábitat natural son amenazas crecientes que afectan a las poblaciones de basiliscos en toda la región centroamericana.
Es aquí donde el ecoturismo y la conservación se encuentran. Al visitar lugares como el Hotel Chachagua Rainforest, donde la naturaleza se protege en lugar de ser desplazada, los huéspedes contribuyen directamente a la preservación de especies nativas y los ecosistemas que estas habitan.
La Reserva del bosque lluvioso de Chachagua forma parte de un amplio corredor de conservación que permite a los animales desplazarse libremente entre zonas protegidas. Esto favorece la diversidad genética y contribuye a mantener poblaciones saludables de especies como el basilisco.
¿Listo para ver uno con tus propios ojos?
En el Hotel Chachagua Rainforest, la naturaleza no es un espectáculo lejano, sino un elemento vivo de tu experiencia. Tal vez durante una caminata al amanecer descubras un basilisco en la orilla del río. Cada estadía incluye un recorrido guiado por el bosque lluvioso, donde tu guía naturalista podría mostrarte uno de estos increíbles lagartos justo antes de que desaparezca corriendo sobre el agua como un destello fugaz.
Prepara tu cámara, avanza en silencio y dirige la mirada hacia los arroyos y ríos. Puede que seas testigo de ese momento único en que la naturaleza sorprende: un diminuto lagarto verde deslizándose sobre el agua como si fuera lo más natural del mundo.
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